Josef Hoflehner (Wels, Austria, 1955) suele trabajar en ocasiones con su hijo Jakob, un fotógrafo tan prometedor como no podía ser de otro modo teniendo un maestro (y padre) como Josef. La necesidad de viajar a menudo para llevar cabo sus proyectos fotográficos fue cultivando en ambos una fascinación especial por los aviones. Allá adonde iban prestan siempre especial atención al aeropuerto y a cuanto tiene que ver con los vuelos. Así fue como conocieron el aeropuerto Princess Juliana, en la isla caribeña de San Martín. “Es un lugar extraordinario, no existe otro como él en ningún otro rincón del planeta”, asegura Josef Hoflehner. También explica cómo surgió la idea para esta serie de fotos:
“Los problemas de seguridad actuales hacen que resulte más difícil que nunca acercarse a los aviones –salvo a la hora de embarcar–, hasta que descubrimos Maho Beach. Se trata de toda un área, playa incluida, adyacente al aeropuerto, que puede ofrecer una estampa verdaderamente surrealista”. El portfolio del que ofrecemos aquí algunas imágenes, bautizado Jet Airliner, fue fotografiado por Hoflehner en una sucesión de viajes a la isla caribeña entre principios de 2009 y finales de 2011, pasando allí, en total, alrededor de dos meses. Todas las fotografías de la serie son reales, y no hay situaciones forzadas o manipuladas. De hecho, Hoflehner asegura que evitaban mantener cualquier tipo de conversación con la gente de la playa para evitar llevarles a forzar determinadas posturas o reacciones.
“Para esta serie utilicé dos cámaras clásicas Hasselblad SWC 6×6 (de la década de los 80). A diferencia de una cámara réflex digital moderna, con la que se pueden obtener numerosas imágenes de un mismo plano, sólo había posibilidad de realizar un disparo por aterrizaje. ¡Nos encantó el desafío!” Hoflehner explica que no resultaba sencillo conseguir un disparo limpio, dado que la gente en la playa tenía movimientos imprevistos durante la aproximación del avión, y había que estar preparado para todo. “Ah, y luego está el avión, que se aproxima a una velocidad media de unos 250 kilómetros por hora, y es difícil saber exactamente a qué altura pasará, o si acabará inclinándose un poco más hacia la derecha o hacia la izquierda. Sólo tienes una fracción de segundo para tomar la foto; después, el avión ha desaparecido”. En promedio, cada día llegaban 5 o 6 aviones de pasajeros a la isla, y un Boeing 747 dos veces por semana.
Conocido mundialmente por sus fotografías de paisajes, que le han granjeado varios reconocimientos, Joseph Hoflehner trabaja actualmente en Retrospectiva 1975-2015, un libro en el que quiere reunir sus mejores fotografías en blanco y negro de los últimos cuarenta años. Por el momento ha seleccionado más de 400 imágenes.
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