
1. Envidia
La envidia es uno de los sentimientos más horribles y a la vez más comunes que se pueden tener en la vida y en el trabajo. Suele suceder cuando vemos a compañeros que ascienden, que cobran más que nosotros, que tienen mejor relación con el resto de la empresa… lo mejor es asumir que (normalmente) las personas tienen lo que se merecen y se ganan en la vida laboral, por eso lo mejor es que transformes ese sentimiento de envidia en algo más productivo como en intentar mejorar día a día tu trabajo.
2. Rencor
Si alguna vez un compañero o jefe hace algo que te molesta o disgusta, lo mejor es afrontarlo, hablarlo y zanjarlo. Si no lo haces puede que tengas cierto rencor que no te permita desarrollar tu trabajo de la mejor forma posible y que, además, esto se vaya agravando con el paso del tiempo. Los posos de rencor son muy traicioneros tanto en el trabajo como en la vida.
3. Soberbia
Todos conocemos muchas personas en cualquier trabajo de los que hemos tenido que son soberbias y se creen por encima de cualquiera. Si alguna vez sientes que estás actuando así, ¡cuidado! nunca sabes dónde estarás mañana, no te creas más que nadie porque no lo eres. Baja de ese pedestal que tienes y simplemente alégrate por lo que tienes sin menospreciar a nadie. No es necesario.
4. Susceptibilidad
En el trabajo hay que intentar ser fuertes, tranquilos y dejar nuestros arrebatos sentimentales fuera de la oficina. Ser una persona excesivamente susceptible y quisquillosa en el trabajo puede acarrearte muchísimos problemas, así que proponte no tomarte las cosas como algo personal porque (generalmente) no lo son.