La cuestión no es que lo revisen y alaben tus logros, sino saber qué es en lo que realmente se tienen que fijar. Por supuesto, errores ortográficos, pero no es lo único. Aquí tienes tres preguntas que tienes que hacerle a tu ‘corrector’ para asegurarte de tener el mejor feedback posible.
¿A qué tipo de puesto de trabajo parece que estoy aplicando?
Cuando tu currículum está delante de la persona que te va a contratar, lo último que quieres es que se pregunte: “¿Qué hace esta persona aquí?” Tienes que ser capaz de ver si tu increíble experiencia conecta y te convierte en un gran candidato para el trabajo. Intentar que tu ‘corrector’ adivine qué estás solicitando ayuda a descubrir para qué tipo de funciones estás capacitado.
¿En qué punto has empezado a leer por encima?
Las personas encargadas de contratar no pasan más de seis minutos delante de un currículum. Por supuesto, tu amigo le dedicará un poco más. Dicho esto, habrá un punto en el que tu amigo tenga la urgencia de pasar por encima algunas cuestiones. No te ofendas. Si esto ocurre tendrás que darle una vuelta hasta conseguir que tenga la información justa y necesaria para hacerlo excepcional.
¿Tienes alguna pregunta después de leer mi currículum?
Esta pregunta es similar a la primera, pero se centra en los detalles. En una situación ideal, tu currículum explicaría todas tus habilidades y capacidades sin necesidad de recurrir a ti. Pero esto no quiere decir que puedan haber preguntas. Si la persona que quiere contratarte quiere saber más sobre algo concreto, eso está bien. El problema es cuando tu currículum da lugar a confusión.