Según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, “el jet-lag es el resultado de un desequilibrio en el reloj biológico natural de nuestro cuerpo”. Nuestros cuerpos funcionan en un ciclo de 24 horas llamado ritmos circadianos. Estos ciclos se miden por el riesgo y la caída de la temperatura corporal, los niveles plasmáticos de ciertas hormonas y otras condiciones biológicas, y nuestra exposición a la luz solar. “Al viajar a una nueva zona horaria, nuestros ritmos circadianos tardan unos días en ajustarse y permanecer en su horario biológico original”.

Pero viajar es uno de los mayores placeres de la vida y con un poco de planificación, es posible evitar la sensación que provoca el jet-lag y disfrutar al máximo. El portal Entrepreneur ofrece una serie de trucos y técnicas para superar este desfase horario.

Elije tu plan de vuelo al detalle. Si es posible, reserva un vuelo que te permita descansar durante más tiempo antes de llegar al destino. Intenta llegar por la noche, así puedes ir directamente a tu hotel, comer algo ligero y conseguir una buena noche de sueño. Antes de embarcar: compra un snack (nunca sabes qué tipo de comida van a servirte) y asegúrate de que el avión ofrezca mantas, tapones, almohadas y antifaz. Son un gran aliado del sueño.

Mantente hidratado. La deshidratación provoca fatiga. El aire en los aviones puede ser muy seco. Por eso, es fundamental hidratarse bebiendo agua antes y durante el viaje. También es muy útil llevar gotas para los ojos y un spray nasal. Limita el consumo de alcohol y cafeína, ya que pueden actuar como diuréticos, drenando el líquido de tu cuerpo. Además, no querrás estar yendo todo el rato al baño, menos aún si tienes el asiento de la ventana.

Vivir en la nueva zona horaria. Intenta llegar por lo menos un día, preferiblemente dos, antes de tener que sentarte a la mesa a negociar. Esto permitirá que tu cuerpo se adapte antes de hablar de negocios. Cuando te subas al avión, ajusta el reloj a la nueva zona horaria y empieza a pensar en ella.

Cambia de mentalidad. Una vez llegues a tu destino, toma aire fresco. Si llegas durante el día, da un paseo y toma el sol. Esto ayudará a que tu cuerpo restablezca el ritmo circadiano. Evita trabajar con el ordenador o hacer ejercicio cerca de la hora de dormir (puede interrumpir tu sueño). Aunque sea duro, intenta permanecer despierto hasta la hora de irse a la cama. ¡Cuidado con la siesta!