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Sentir los sentimientos es positivo

Uno de los estudios, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, analizó datos de más de 2.300 estudiantes universitarios de ocho países (Estados Unidos, Brasil, China, Alemania, Ghana, Israel, Polonia y Singapur) para entender cómo las personas se relacionando con sus sentimientos y emociones en base a las diferentes culturas.

Por ejemplo, algunas personas dijeron que querían sentir menos emociones negativas, mientras que algunas personas dijeron que querían sentir menos emociones autotrascendentes como la empatía y el afecto. Puede sonar contraintuitivo querer sentir emociones más desagradables, pero si estás tratando de evocar la energía para salir de una situación abusiva, es posible que desees más ira y menos empatía hacia el abusador.

El equipo buscó asociaciones entre las emociones que las personas sentían y querían sentir y su bienestar y síntomas depresivos. Como sospechaban, las personas cuyas emociones coincidían más con las que querían sentir reportaron más bienestar y menos síntomas de depresión.

“La felicidad es más que simplemente sentir placer y evitar el dolor”, dijo la investigadora principal Maya Tamir en un comunicado. “La felicidad consiste en tener experiencias que sean significativas y valiosas, incluidas las emociones que crees que son las correctas. Todas las emociones pueden ser positivas en algunos contextos y negativas en otros, independientemente de si son agradables o desagradables “.

También encontraron algunas diferencias interculturales, como que las personas en los países más desarrollados eran más felices cuando su deseo de emociones “felices” coincidía con sus emociones reales. No era un vínculo tan fuerte en las naciones menos desarrolladas. “La gente quiere sentirse muy bien todo el tiempo en las culturas occidentales, especialmente en Estados Unidos”, dijo Tamir. “Incluso si se sienten bien la mayor parte del tiempo, todavía pueden pensar que deben sentirse aún mejor, lo que podría hacerlos menos felices en general”.

En otras palabras, nuestro deseo de sentirnos felices todo el tiempo puede estar trabajando en contra de nosotros.

El otro estudio, de la UC Berkeley, examinó las relaciones de las personas con sus emociones negativas y si tendían a empujarlas o a aceptarlas. En el transcurso de tres experimentos, encontraron que las personas que aceptaban sus emociones desagradables, en lugar de sentirse mal por ellas, experimentaban un mayor bienestar, menos angustia y menos síntomas de depresión.

Echándole un vistazo a la historia

Estas afirmaciones no son nuevas. Aristóteles, como señalan los autores del primer estudio, dijo que sentir las emociones correctas en cualquier situación en la que se encontraba era una clave para la felicidad, no que fuera cuestión de experimentar sólo cosas agradables todo el tiempo.

La atención plena, otra de las cuestiones que se tratan en el estudio, proviene del pensamiento budista: en tu corazón está la práctica de dejar que los pensamientos y emociones fluyan, en lugar de juzgarlos o empujarlos lejos. De esta manera, las emociones negativas tienden a perder su poder y disiparse naturalmente.