5 errores que evitar al gestionar equipos femeninos

1. Tratar de ser su mejor amigo

Si bien puede ser tentador querer ser un compañero, es importante establecer límites, para que quede clara la autoridad para tomar decisiones y delegar el trabajo. Eso no significa que no debas ser amable y cuidar a tus trabajadores, pero necesitas tener papeles y responsabilidades establecidas. Lo que la cofundadora ha experimentado es que algunas empleadas se sienten incómodas si se encuentran con el deseo de su jefe de convertirse en “besties”.

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2. Suponer que el dinero es lo que más importa

Sin lugar a dudas, la mayoría de las mujeres profesionales toman en serio sus funciones como núcleo de sus familias. No les importará cuánto sea el pago de horas extras o el dinero de bonificación a cambio de trabajar la noche del recital de baile de su hija. El dinero no volverá a comprar esos recuerdos. Un clima de empresa comprensivo que permite a los empleados estar allí para sus familias cuando más importa puede ser el equivalente de oro puro para algunas mujeres trabajadoras.

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3. Tratar de ser un mentor

Quieres ganarte su respeto, por supuesto, pero puedes tener una relación de trabajo perfectamente exitosa sin que ella te vea como un mentor. Podría dañar la armonía del clima interpersonal de tu empresa si el equipo cree que está mostrando favoritismo.

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4. Tratar de ser la figura de madre

Permitir que tus instintos maternos se transfieran a tus relaciones con los empleados puede beneficiar la dinámica de la oficina, o puede ser contraproducente. Mientras mostrar comprensión y paciencia puede reforzar la moral y la lealtad de los miembros del equipo, ofrecer consejo no solicitado puede ser la causa de frustración y disminuir la confianza en uno mismo.

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5. Exagerar la alabanza y la validación

Si bien es importante reconocer los trabajos bien hechos, hacer demasiados elogios puede parecer insincero y volverse molesto. Además, puede diluir la significación de tus palabras apreciativas cuando alguien logra algo absolutamente estelar. Siempre asegúrate de que los elogios que estás dando a tus empleados son proporcionales a la importancia de sus logros.

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