Este es el mejor enfoque para conocer lo que nuestra audiencia necesita. Al darles un punto de partida, puedes recibir feedback inmediato sobre la utilidad de tu producto y saber qué más ayudaría a tus consumidores. Eso proporciona la ocasión de agregar esas características y seguir atrayendo a más clientes de nuestro público objetivo.
La cuestión es que ningún producto o experiencia va a ser nunca perfecto. Sólo te acercarás más a la perfección a medida que continúes la encuesta de tus clientes y potenciales compradores para averiguar lo que quieren y cómo. Puesto que sus preferencias son fluidas y cambian continuamente, mantener ese estado cercano a lo perfecto requerirá que seas muy adaptable. Es por eso que la escala es la manera de abordar tu diseño de producto o servicio.
Asegúrate de que tu startup es diferente de cualquier enfoque ya disponible en el mercado por lo que cuando consideren utilizarlo, se sientan abrumados y emocionados por lo bien que funciona. Aquí es donde debes capturar a los clientes y luego trabajar en los demás aspectos que los mantendrán fieles a tu producto. Cuando empiecen a apreciar su utilidad, podrás darles más opciones que proactivamente cubrirán otras necesidades que te hayan transmitido.
No importa la industria, este proceso para el desarrollo de productos tiene sentido dado lo mucho que los consumidores y las empresas se han acostumbrado a estar íntimamente involucrados con las empresas y marcas con las que hacen negocios. Gracias a los medios de comunicación social y el cambio en la base de poder que se crea, debemos trabajar con nuestros clientes en lo que hacemos, por lo que tiene más sentido desarrollar servicios a escala y cambiarlos a medida que recibimos comentarios de quienes los están utilizando. De esa manera, ven que estamos incorporando su definición de perfección y son más propensos a quedarse y seguir comprando nuestros productos en lugar de si comercializamos lo que asumimos que era perfecto desde el lanzamiento inicial.