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Cómo convertirse en un buen comunicador

Ser buen comunicador te ayuda en tus relaciones personales, te ayuda a hacer las cosas mejor y más rápido y te ayuda a progresar en tu trabajo y tu carrera. Y en estos días de ascenso de la inteligencia artificial, lo único que las máquinas y los robots nunca harán es alcanzar los niveles de conectividad personal entregados por una gran comunicación. Esa conectividad conduce a la confianza, a la oportunidad, al amor, a la amistad, a la risa y a la felicidad.

Pero, ¿cuáles son las características que debe tener un buen comunicador? Rebecca Bell, experta en comunicación, define su perfil y da algunos consejos.

Adaptación: ​​Todos tenemos un estilo de comunicación. El mío tiende a ser sencillo, honesto. Me encantan las palabras y a veces me gusta usar lenguaje colorido y analogías juguetonas. Odio la jerga y las palabra corporativa sin sentido. Pero mi estilo no atrae a todos y no necesariamente moverá a cada público que conozco. Así que tienes que estar preparado para conocer tu voz y adaptarla un poco. No me refiero a fingir ser alguien que no eres. Todo lo que necesitas hacer es pensar en la audiencia que estás tratando de alcanzar, y adaptar tu enfoque en consecuencia.

Personaliza: Aunque los buenos comunicadores siempre se adaptarán como un camaleón, creo que los grandes comunicadores tienen la valentía y la confianza para seguir siendo ellos mismos y destacarse. Siempre simpatizo con las personas que personalizan su mensaje y están preparados para contar historias reales y compartir experiencias reales. Mucho se ha escrito sobre el poder de contar historias en las comunicaciones, así que no intentaré añadir algo. Esta es una razón por la cual las personas a menudo no logran impactar si intentan presentar el contenido, la idea o las diapositivas de otra persona en situaciones de trabajo.

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Escucha: Comunicarse no es solo lo bien que hablas o escribes. Se trata de lo bien que te comprometes. Y eso significa escuchar atentamente. Muchos libros de liderazgo han abrazado el poder de escuchar. Lo bueno de la era de las redes sociales es que se ha convertido en una cámara de eco gigante para tus pensamientos. Ha animado a la gente a escuchar atentamente el eco de vuelta, y una de las cosas que más me gustan de las herramientas como LinkedIn es que crea grandes oportunidades para el diálogo y el intercambio de ideas. Pero lo malo de los medios de comunicación social es que está impidiendo que las personas se involucren realmente y escuchen cuando otros tratan de hablar con ellos.