Puede que un día desaparezca algo tan cotidiano como el dinero en efectivo. Puede que esto nunca llegue a ocurrir. Pero bancos, operadoras móviles y empresas tecnológicas lo están haciendo muy bien al acercarnos cada vez más a un universo donde la tecnología y la innovación lleven la voz cantante. ¿Un punto de partida? Los métodos de pagos. España está de enhorabuena. Es el primer país europeo al que ha llegado el servicio de pago móvil de Samsung, Samsung Pay y la empresa coreana se ha convertido en el primer fabricante tecnológico en activar un servicio de estas características en nuestro mercado. Después de su exitoso lanzamiento en Corea del Sur, Estados Unidos y China, la empresa ha apostado por España, el segundo país del mundo en penetración de smartphones, por detrás de Singapur.
Samsung Pay es un servicio seguro y fácil de usar, disponible en los dispositivos compatibles, que podrá utilizarse en cualquier establecimiento donde se pueda pagar con tarjeta de crédito o débito contacless. Nathalie Oestamann nos explica por qué España, por qué el móvil y qué beneficios nos aporta este nuevo sistema.
Ha trabajado en la compañía financiera American Express y ahora dirige el servicio financiero de una empresa tecnológica como Samsung, ¿por qué este cambio?
En American Express trabajé durante 15 años. Conocí las divisiones de pago de manera que pude entender el sector de la banca, compras, comercio, además de procesar lo que es el pago en sí. El Dircom de Samsung Pay me encontró y me pidió que me uniera al equipo. Me uní porque vi que estaba sucediendo una convergencia maravillosa entre lo que tienen que hacer las financieras y las tecnológicas para que los clientes puedan hacer el pago ellos mismos, el proceso ellos mismos.
¿Cómo ha sido este cambio? ¿En qué sector se puede innovar más, en el financiero o en el tecnológico?
American Express sabe muy bien cómo hablar de la propuesta de valor y de los pagos. Samsung sabe muy bien cómo hacer los móviles. Y, sin embargo, cuando un usuario quiere unir estas dos cosas está hablando con dos empresas que desconocen el proceso respectivamente. La idea es la convergencia de estas dos cuestiones y por eso me emocionó mucho el cambio. American Express tenía el producto y el desarrollo tecnológico y en Samsung podía aplicar mis conocimientos de pago sobre el móvil. Para mí es un momento emocionante y estoy encantada de haber cambiado hace nueve meses.
¿Cuál ha sido su mayor reto dentro de la industria tecnológica?
Lo curioso es que encuentro más similitudes entre Samsung y la banca que lo que serían diferencias. La empresa se centra mucho en el progreso. Diría que la velocidad es el mayor desafío. En la banca tardamos un año en desarrollar las cosas. También te encuentras con la hoja de ruta, que tarda tres años. Es un sector donde tenemos que tener mucho cuidado con todo lo que hacemos. Están los reguladores, la privacidad de clientes… Pero en Samsung cada seis meses sacan un móvil, por lo que tenemos seis meses de desarrollo y ya estás sacando nuevos productos. Es una cuestión de velocidad.
Diría que otro desafío es agrupar a todo el mundo. Es lo que nosotros llamamos el ecosistema financiero: banca, comerciantes, clientes… Aunar a todos para conseguir un único móvil es muy difícil, porque todo el mundo tiene que hacer muchas cosas al mismo tiempo. Son varios procesos y tienen que estar listos para pasar al siguiente punto.
¿El pago móvil se trata realmente de una solución a un problema o es una forma de reinventar los métodos tradicionales?
Lo que estamos haciendo ahora es introducir el método tradicional de pago en el teléfono, porque eso es lo que le gusta a la gente. Se sienten cómodos. Lo que necesitamos que haga la gente es empezar a acostumbrarse a sacar el móvil en vez de sacar la cartera. Ese es el primer paso y después añadiremos valor con las tarjetas de fidelidad, las tarjetas de transporte, los bonos o los vales, para después poder añadir comercio electrónico o aplicaciones. Hay que seguir avanzando en el mundo virtual.
A medida que hacemos esto, cambiamos la conversación que tenemos con el cliente y con el comerciante. Cuando entras en una tienda, el comerciante está ahí y te puede ofrecer algo. Te conoce a través de lo que te ofrece. Este es el poder, la capacidad del teléfono para entender cuál es el comportamiento de compra del usuario. Pero ahora mismo estamos al principio, en la parte incipiente, y tenemos que empezar por lo que la gente conoce antes de adentrarnos en otros campos.
Todavía existe un grupo de personas que ven con cierta desconfianza la revolución de este sistema de pago, ¿cómo os enfrentáis a los más escépticos?
Empezamos con los bancos y con las redes del proceso, los que ya están listos en el mundo económico-financiero. Los bancos nos están poniendo a prueba en cuanto a términos de seguridad, porque al final son ellos o los comerciantes los que pagarían en caso de fraude. En el caso de EEUU hemos visto que precisamente con Samsung Pay se reduce significativamente el fraude para los bancos, porque con el pulgar puedes decirle al comerciante dónde estás, si eres tú, tu teléfono, tu tarjeta, dónde y cuándo has pagado. Es mucho más seguro que pagar con un pin de una tarjeta que puede ser tuya o no. Hemos convencido al sector financiero de que somos una oferta segura.
Además, contamos con la plataforma líder en seguridad móvil KNOX, con identificadores biométricos, que por ahora sería la huella dactilar, y con la tokenización que encripta los credenciales de la tarjeta. Si perdemos el teléfono o nos lo roban, ahí está la información de la tarjeta y puede dar miedo. Pero accediendo a nuestra cuenta de Samsung Pay en Samsung.com podemos borrar todas las tarjetas. No hay que llamar al banco. Ya está. Eso a nivel de seguridad lo consideramos muy importante.
Existen operadoras móviles, aplicaciones bancarias y otras marcas como Apple o Google que ofrecen este servicio. La proliferación de este nuevo sistema, ¿os está generando nuevos competidores?
La competencia es muy buena porque crea el impulso, llama más la atención sobre lo que estamos haciendo. La gente sabe que existe el pago móvil. Pero es importante que sea fácil y que el cliente pueda elegir la tarjeta que quiere utilizar, algo que es posible con nuestro servicio. Pase lo que pase con la competencia es muy bueno. Nos puede dar buenas ideas, los clientes pueden escoger y nosotros creemos que van a optar por Samsung Pay.
En España hay una gran penetración de smartphones, pero ¿qué otros parámetros han sido claves para elegir este país como el primero en Europa en aplicar este servicio?
Se trata de la ubicuidad. En España tenemos una gran penetración de contactless, lo cual significa que confiamos en que el pago va a funcionar. Por eso, al estudiar los mercados buscábamos la penetración de smartphones, que para nosotros es pertinente, y si se puede pagar con esta tecnología o con contacless. En España se había avanzado mucho en cuanto a los debates y las conversaciones con los bancos. La banca es muy innovadora y he de decir que son muchos los bancos que tienen una gran penetración en el país. Si tenemos una sociedad que quiere apostar por el no en efectivo como en Dinamarca, yo creo que nuestra tecnología es un buen método para conseguirlo, pero para nosotros se trata de la elección del consumidor. A lo mejor hay países que decidan deshacerse del efectivo antes, a lo mejor no. Pero son los consumidores los que eligen cómo utilizar el teléfono y sabemos que lo utilicen mucho.
Antes de aterrizar en American Express, estuvo trabajando en Deloitte en Nueva York ¿qué mercado es más innovador, el europeo o el norteamericano?
La innovación está pasando en todas partes. Es un movimiento global y no creo que haya tanta diferencia. Son diferentes sabores, adaptaciones. Desde el punto de vista de pagos, Europa está mucho más adelantada que Estados Unidos. En EE.UU. tenemos que seguir pasando la tarjeta y firmar. En Europa se utilizan los códigos. Eso es mucho más seguro y mucho más avanzado. Aquí todo está yendo más rápido porque la gente ya está acostumbrada a pagos con tarjetas contactless y a utilizar el móvil para prácticamente todo.
¿A qué retos se enfrentan estos nuevos sistemas de pago?
No es un reto, eso es lo emocionante. Se trata de lo que va a suceder. ¡Hay tantas cosas por hacer! Creo que escoger las cosas adecuadas es lo que nos diferenciará de la competencia. Estamos hablando con empresas innovadoras fintech, con el comercio y con los bancos. Nosotros formamos alianzas y lo que le decimos a todo el mundo es que nos dé buenas ideas, porque somos una buena empresa en tecnología y probablemente podamos hacer todo lo que se nos ocurra. El reto para nosotros es la oportunidad y los pagos móviles son solo el comienzo.
¿Por qué es importante para Samsung crear Samsung Pay?
Samsung tradicionalmente ha sido una empresa de hardware. Ha creado unos estupendos teléfonos con una maravillosa tecnología. El A7 tiene la cámara más impresionante. Nuestros nuevos clientes, los millennials, interactúan con el teléfono de otra manera, más allá del hardware. Aunque seguiremos construyendo un buen hardware para los aparatos, el software es un servicio que será clave para el día a día de los clientes. Así que el pago es parte de ese viaje, pero hay otras cosas, como la realidad virtual. Proponer nuevas cosas para nuestros clientes es lo que les animará a escoger nuestros teléfonos. Esa es nuestra filosofía.
Durante su trayectoria tanto en American Express como ahora en Samsung ha tenido mucha conexión con las startups y emprendedores, ¿cuál es su punto de vista respecto a las nuevas empresas que se están especializando en tecnología? ¿Qué oportunidades tienen en este sector?
Las fintech son una parte muy importante del crecimiento en el Reino Unido y en Europa. En su conjunto estas startups están trayendo nuevas ideas. En Samsung nos preguntamos qué servicios podemos darles a los clientes, porque los bancos también están pensando qué cosas buenas pueden hacer. En lugar de vernos como competencia todos estamos pensando en cómo integrar esos nuevos servicios. Yo quiero apoyar y ser mentora de algunas de estas startups y escoger sus productos cuando tengan sentido. Por esto trabajo tanto con empresas de fintech, ofrecen servicios de valor añadido.