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Conchita Martínez: “Ganar Wimbledon te cambia la vida”

Conchita Martínez (1972, Monzón, Huesca) es una mujer que vive por y para el tenis. Ha sido la única tenista española en ganar el torneo de Wimbledon hasta la fecha, pero no solo pasará a la historia por este título, sino también, por ser la primera mujer que ha logrado concentrar las dos capitanías del tenis español: la Copa Davis y la Copa Federación.

Eres la capitana del equipo masculino y femenino del tenis español. ¿Tienes que cambiar mucho el método de entrenamiento cuando diriges a hombres y a mujeres?

Bueno, hay cositas, pero por lo general no difieren mucho. Yo soy conversadora, me gusta hablar con los jugadores y con sus entrenadores, porque todos son diferentes y prefieren hacer unas cosas más que otras. Por ejemplo, hay quien prefiere entrenar y calentar mucho tiempo en medio de la pista y después jugar unos puntos; otros prefieren hacer más cruzados o ejercicios de movimiento… Así que, adaptamos los entrenamientos según las necesidades de los jugadores.

Nadal es único y ya no hay adjetivos para definirlo. Cuando lo tienes en el equipo nacional, ¿es difícil dirigirlo? ¿impone mucho?

No, la verdad es que Rafa es un tío muy cercano, con el que me llevo muy bien y cuando viene al equipo es un privilegio tenerlo. No es difícil, aunque todo depende de cómo estén las personas. Por ejemplo, el año pasado Rafa tenía problemas en su muñeca, y otras dolencias, lo que motivaba que a veces se sintiera frustrado porque no podía entrenar, pero la verdad es que siempre es un placer tenerlo en el equipo.

¿Crees que se tendría que reformar la Copa Davis para hacerla más interesante? Lo digo porque hay jugadores importantes que se descartan en algunas eliminatorias.

La International Tennis Federation (ITF) sé que está barajando dar un cambio radical en esta competición. Hay que buscar soluciones. Hasta ahora se han salvado, porque todos los años hay algún país que lleva a sus mejores jugadores, pero sí que es verdad que se quedan equipos por el camino que son muy competitivos, como por ejemplo, España, que este año ha sido eliminada en cuartos de final porque, debido a la exigencia del circuito, no ha podido contar con sus mejores jugadores.

Cuando dejes la capitanía de los equipos nacionales, ¿te gustaría entrenar a algún tenista de élite tipo Rafa Nadal, Serena Willians…?

Je, je. Bueno, es algo que me podría plantear… La verdad, es que estar en pista y entrenar a jugadores y jugadoras es algo que me gusta mucho.


XAVI TORRES-BACCHETTA

Nuestra mejor jugadora, Garbiñe Muguruza, con solo 24 años ya ha ganado Roland Garros y ha disputado una final de Wimbledon. ¿La ves con mentalidad y cualidades para lograr algún otro torneo del ‘Grand Slam’ o llegar a convertirse en la número 1 del mundo?

Sí, la verdad es que ha madurado mucho y tiene un potencial extraordinario. Por supuesto que la veo con cualidades para ganar otro Grand Slam y, tal y como está ahora mismo el circuito todo puede pasar. Hay unas cuantas jugadoras que pueden llegar a ser número 1, y entre ellas está Garbiñe.

En 1994 te convertiste en la primera española en ganar el torneo más prestigioso del mundo, Wimbledon, derrotando a Martina Navratilova, ¿qué ha representado en tu carrera ganar ese ‘Grand Slam’?

La verdad es que ganar Wimbledon te cambia la vida por lo que representa, pero también por jugar en hierba, que tampoco es que sea nuestro jardín preferido, y aunque nadie se lo podía imaginar, al final se consiguió. No solo fue un partido, sino que fueron dos semanas de partidos muy disputados. Ese partido ante Martina Navratilova, que era toda una especialista en hierba, fue a tres sets (6-1/3-6/6-3). Recuerdo que salí con mucha confianza porque ya había jugado contra ella ese año en tierra, en el Abierto de Roma, y la había ganado.

También has disputado la final de Roland Garros y del Abierto de Australia, pero no conseguiste la victoria. ¿Piensas que pudiste ganar algún título más del ´Grand Slam`?

Hubiese estado muy bien ganar otro título del Grand Slam, pero al final piensas: he ganado 33 títulos en mi carrera, y tres medallas olímpicas con la selección nacional, que no está nada mal… Sí que es verdad, que me hubiera encantando levantar la copa de Roland Garros y estuve a punto, pero no es fácil ganar uno de los grandes. Disputar esas dos finales fue fenomenal, y es algo que siempre estará presente en mi carrera.

¿Cuál ha sido la final en la que has tenido que sudar tinta para ganar?

Han sido varias, porque, por lo general, mis partidos siempre eran largos. Recuerdo en especial uno que se podría catalogar como épico, que duro 3 horas y 20 minutos contra Patty Schnyder, y lo gané. De este partido tengo muy buen recuerdo porque fue la última Copa Federación que ganamos contra Suiza, y además en su casa.

Tus duelos con Arancha Sánchez-Vicario eran épicos. ¿De cuál de tus victorias guardas mejor recuerdo por lo disputada que fue?

Guardo buenos recuerdos de nuestros enfrentamientos. Ser amigas y rivales no era fácil de llevar. Sobre mis victorias, recuerdo especialmente la primera vez que la gané en el Campeonato de España absoluto en Pamplona (1988), ya que me salió todo perfecto. Otra que destacaría fue la semifinal del 2000 de Roland Garros; y en el Abierto de Roma jugamos otro partido que gané en tres sets muy peleados.

¿Cuándo te diste cuenta de que tenías que colgar la raqueta?

Me retiré el 15 de abril del 2006, un día antes de cumplir los 34 años, pero en el 2004 ya comencé con lesiones que no me permitían entrenar todo lo bien que tenía que hacerlo para mantener el nivel. Ese año empezaron las dudas. La temporada del 2005 la empecé con altibajos, aunque la acabé ganando otro título, pero ya intuía que me quedaba poco tiempo en el circuito.

¿Quiénes han sido tus referentes?

Cuando empecé me gustaban John McEnroe y Martina Navratilova, pero su tenis no tenía nada que ver con el mío.

De las tenistas actuales, ¿con quién te quedas?

Serena Willians me gusta mucho. Ha sido una jugadora muy potente, con una mentalidad ganadora y mucho estilo.

Hace unos años te nombraron embajadora del vino español, ¿cuándo empezó tu afición por el vino?

Cuando tenía 24 años conocí a un americano que era un loco del vino. Nos hicimos muy amigos y a partir de ahí, le he acompañado a visitar algunas bodegas. De esta manera, he ido aprendiendo un poco sobre este mundillo. Lo de que me hicieran embajadora del vino español fue idea de la periodista Olga Viza, porque conocía mi afición, me propuso y me eligieron. Mis dos pasiones son: el tenis y la enología-gastronomía.