*Esta es una adaptación del artículo Why multitasking Could be bad for you, publicado por el Foro Económico Mundial.
Un estudio realizado por los psicólogos David Strayer y Fran Drews, de la Universidad de Utah, reveló ya en 2006 que el uso del teléfono móvil al volante era tan peligroso como conducir en estado de ebriedad, por lo que es evidente que la multitarea no siempre es buena.
No obstante, el mal uso de la multitarea no termina en el uso de teléfonos durante la conducción, sino que afecta a prácticamente todos los ámbitos. La Escuela de Medicina de Harvard lo sabe de primera mano, y es que un médico residente casi acaba con la vida de un paciente por un error provocado durante la prescripción de un medicamento gracias a la llegada de un mensaje de texto inoportuno a su móvil.
Cuando se realiza más de una tarea simultáneamente, aumentan las probabilidades de cometer un error, y es que aunque puedan parecer tareas compatibles, siempre se produce una especie de “interferencia de la atención” que desemboca en la equivocación.
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El concepto de multitarea puede aplicarse en concreto en tres tipos de situaciones diferentes, a saber: la realización de dos o mas tareas en rápida sucesión; la rápida alternancia entre tareas o la realización de varias tareas rápida y sucesivamente.
Ophir, Nassb y Wagner, investigadores de la Universidad de Stanford, consideran que la multitarea es menos productiva que hacer una sola cosa a la vez. Además, durante su investigación, comprobaron cómo las personas que tratan de realizar varias tareas ala vez de manera regular tienen dificultad para prestar atención, recordar información o cambiar de trabajo.
¿Y qué es lo que ocurre realmente? ¿Por qué no funcionamos igual en modo multitarea que cuando nos enfocamos en una sola cosa? Muy sencillo. Cuando cambiamos de tarea, nuestro cerebro desvía la atención de una parte del cerebro a otra muy rápidamente y por eso nos da la sensación de estar haciendo varias cosas a la vez. Sin embargo, esto produce una sobrecarga de información en el cerebro que afecta a nuestras capacidades cognitivas y, por tanto, al rendimiento y a la calidad de lo que estamos haciendo.
Lo que aún no se ha demostrado es si las personas asiduas a la multitarea lo son porque poseen una especie de patrón de comportamiento crónico que conlleva incapacidad para concentrarse.