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4 excusas para no dejar un trabajo que detestas

Si alguna de las excusas que te contamos a continuación ha resonado en tu cabeza alguna vez cuando has querido cambiar de trabajo, quizá deberías plantearte un cambio de actitud y de rumbo.

“Necesito el dinero”
Esta es la excusa más famosa de todas y, por otra parte, más comprensible. Si tienes una hipoteca que pagar y un par de hijos, es posible que la idea de dejar tu trabajo por hacer algo que te guste más no te atraiga porque hay que pagar, pero si no es tu caso, ¿qué haces ahí perdiendo el tiempo? Ponte a buscar un nuevo empleo y cuando lo tengas márchate a ser feliz, a hacer lo que te gusta y a dejar de ir a trabajar con esa cara tan larga.

“No me veo haciendo otra cosa”
“Solamente valgo para hacer tal” o “no sé hacer otra cosa bien”, son la Santísima Trinidad de las excusas para no dejar un empleo con el que estás descontento. Vamos a ver, ¿cómo eres capaz de verte haciendo otra cosa si no lo has intentado? Nunca hay que subestimarse. Quizá tampoco te veías bailando desatado aquella noche que te emborrachaste y vaya si lo hiciste. Pues en el trabajo pasa igual: nunca se sabe. Eso sí, sin alcohol de por medio.

“En unos meses me pagarán más/cambiaré de puesto o tareas”
Quizá estás cobrando poco, tarde y a veces nunca. O igual llevas meses esperando una subida de sueldo o un pequeño ascenso que nunca llega… Sea cual sea tu precaria situación, ¿de verdad crees que eso va a mejorar si no lo ha hecho ya? Deja ya de regalar tu trabajo, de hacer tareas para las que no estudiaste, valórate un poquito y comienza a buscar otro empleo. Te mereces trabajar en algo que te motive, no desperdiciar tu talento esperando eternamente condiciones que no se darán.

“Seguramente no encuentre otro trabajo”
¿Y por qué no? De la misma manera que encontraste el que tienes ahora, es posible que puedas encontrar otro y, además, en algo que te guste. Salvo excepciones, siempre se es apto de encontrar un trabajo. Puede ser que el sector en el que quieres trabajar esté algo mal, pero nunca hay que dejar volar a los sueños y, por tanto, jamás hay que abandonar la búsqueda de un empleo que te permita sentirte realmente satisfecho con lo que haces.