Piensa que porque durante una etapa no funcione o dé los frutos que esperabas no significa que se vaya a prolongar eternamente. De hecho, hay tres fallos que cada dueño de negocio que ha fallado tiende a cometer según el blog coachdelaprofesional.com. Y qué mejor solución que la prevención, así que también encontrarás las soluciones:
Compararse con la competencia: un líder por naturaleza nunca va a compararse con alguien inferior. Así, como resultado si te comparas obtendrás frustración y un sentimiento de inferioridad que no te ayudará en ningún aspecto profesional. Por eso no te obsesiones. Si tiempo atrás tu negocio funcionó fue porque algo hacías bien, ¿por qué no te centras simplemente en solucionarlo sin compararte?
Cuando algo no funciona, intentas estar presente en más medios y formatos como solución. Error, esto solo dispersará aún más tus ideas. Puede que funcione, pero no tiene por qué. Intenta centrarte en lo que ya funcionaba y lleva a cabo un plan de rescate eficaz -luego ya podrás expandirte-.
Bajar los precios. Es un craso error que los propietarios de un negocio fallido llevan a cabo como primera opción. Si dejaste de recibir clientela no sería precisamente por tus precios -en la mayoría de los casos-. Disminuir tu precio de venta te desprestigia y da menos caché a la marca. Utiliza la estrategia del descuento moderado para ofrecerte sin venderte de una forma demasiado burda y fácil.