1. Usa más los actos que las palabras. Cuando tratas de llevar a los clientes a tu terreno únicamente a través de un mero discurso sin fundamento real, al final repercute de una forma muy negativa en tu negocio.
2. Mantén la reputación por encima de todo. No dejes que un tropiezo con un cliente o un error arruinen la buena reputación que te ha costado tanto elaborar.
3. Huye de los empleados tóxicos que pueden minar e incluso destruir tu empresa. Las personas con un prisma de vida negativo traspasan esa energía a su trabajo, y con ello, a tu empresa.
4. Fideliza a tus clientes para conseguir relaciones estables y duraderas en el tiempo. Lo mejor que puedes conseguir de un cliente es que vuelva a tu negocio siempre que necesite tu producto o servicio. Que no te cambie por otro.
5. Transparencia, transparencia y transparencia. No dejes que una mala gestión de tu negocio lo tire por la borda.
6. No pierdas tu intuición, porque puede que sea la clave de tu negocio en muchos momentos de tu vida. Tener olfato es algo absolutamente imprescindible para que tu empresa sea enérgica, competitiva y duradera.
7. Sé honrado con tus clientes, proveedores y contigo mismo. Perder la sinceridad con cualquiera de estas tres “patas” claves de tu negocio, te hará comenzar una cuesta abajo sin frenos.