1. Subvenciones
Hay muchas organizaciones públicas que, en función de las características del negocio, te ofrecerán una serie de subvenciones de las que te puedes beneficiar. Existen becas y ayudas para emprendedores que directamente las otorga el gobierno. Son oportunidades que tienes que estudiar para poder sacar el máximo partido de ellas.

2. Campañas de crowfunding
Se ha convertido en una moderna forma de financiación que cada vez tiene más adeptos. Es una buena opción para los emprendedores que buscan recaudar pequeñas cantidades de dinero y compartir su producto con más personas. Se consigue gracias a seguidores más cercanos que apuestan por tu negocio y colaboran en su desarrollo.

3. Inversores externos
Los grandes negocios cuentan con inversores potenciales que, gracias a sus acciones, hacen que la empresa vaya conquistando objetivos. Es una buena fuente siempre y cuando estés dispuesto a renunciar a una cantidad de dinero acordada conseguida por los logros del negocio. Será más fácil que tengas inversores si tu modelo muestra seguridad y un gran potencial en el mercado.

4. El capital propio
Siempre que decidas iniciar tu camino como empresario es recomendable que hagas cuentas. Tu cuenta bancaria tiene que tener la estabilidad suficiente como para enfrentarse a los primeros gastos que supondrá tu negocio. Ya sabes que los beneficios tardan en aparecer. Cúbrete la espalda con tus ahorros.

5. Crédito de bancos
Es cierto que no es fácil que un banco otorgue un préstamo nada más solicitarlo. Es un proceso lento y en el que deberás demostrar la capacidad de la empresa para afrontar el crédito y un sólido plan de negocios que lo respalde. Las ayudas bancarias son más accesibles para empresas con una larga trayectoria en el mercado. Aún así, debes intentarlo y poner todo tu empeño en conseguir esta financiación.