A esta web le sigue Twitter como la segunda más bloqueada, por delante de Youtube y Pinterest. Te explicamos por qué esta práctica es algo bastante inútil…

La prohibición de redes sociales en el trabajo no aumenta la producción y rendimiento del empleado, sino más bien todo lo contrario, ya que ningún empleado pasa concentrado por completo las ocho horas de trabajo. Para mantener la energía se necesitan pequeños descansos que revitalicen nuestro rendimiento, y Facebook funciona así a la perfección. Es el antiguo cigarrillo que se usaba para desconectar –pero para gente más salubre-.

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Además, los nuevos empleados están acostumbrados a vivir conectados a esta red, por lo que prohibirles su entrada a la misma puede ser visto como un signo de autocracia y falta de practicidad. Por otro lado, el mensaje que desprendes cuando prohíbes el uso de RRSS es de desconfianza hacia tus empleados, ¿crees que esto será productivo?

Por último, se altera el equilibrio en el lugar de trabajo. ¿Por qué? La producción es cuestión de equilibrio, entre un break y un papeleo que requiere toda tu atención. Para muchos, comprobar qué ocurre en su entorno virtual es una forma de desconexión totalmente válida.

¿Sigues pensando que Facebook es contraproducente en tu oficina?