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Alianza Editorial: atinada unión entre lectores y autores

Para algunos, una editorial es solo una empresa dedicada a la edición de libros. Para los fundadores de Alianza Editorial suponía vivificar y agitar la claustrofóbica atmósfera cultural española, promover el debate y difundir el conocimiento entendido como una de las herramientas de cambio más poderosas para la sociedad española de mediados de los 60.

Corría el año 1966 cuando un grupo de intelectuales, entre los que se encontraba José Ortega Spottorno –hijo del filósofo José Ortega y Gasset– fundaron la firma. Con Alianza se llevó a la práctica (con éxito) la idea de poner en marcha una editorial que acogiese las obras esenciales de autores de todos los tiempos y, a la vez, que introdujese contenidos innovadores y de máxima actualidad, ya que durante los últimos años de la dictadura franquista, muchos destacados autores y obras literarias únicamente circulaban en ediciones extranjeras o clandestinas.

El mismo año de su fundación, se publicaban los primeros libros de Alianza Editorial, títulos verdaderamente emblemáticos: Unas lecciones de metafísica, de José Ortega y Gasset; La metamorfosis, de Franz Kafka; La Regenta, de Leopoldo Alas “Clarín”; Psicopatología de la vida cotidiana, de Sigmund Freud; o En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, entre otros.

Una de las prioridades de sus fundadores fue el encargo de nuevas y rigurosas traducciones, y el exquisito cuidado aplicado a la edición y producción de sus libros, con especial énfasis en el diseño de las portadas, para lo que se contó con la genial contribución de Daniel Gil.

En unos momentos en los que la censura estaba aún vigente, la colaboración con reconocidas editoriales latinoamericanas (como Losada y Emecé en Argentina) fue esencial para incluir en el catálogo de Alianza a autores política y socialmente controvertidos (Sartre, Camus, Gide, entre otros). Esta colaboración contribuyó a consolidar el prestigio del sello y a asegurar la distribución internacional de sus libros.

En 1989, Grupo Anaya, una editorial fuertemente implantada en España y Latinoamérica, adquirió Alianza Editorial y le permitió continuar con su filosofía de trabajo. En 2004, Hachette Livre adquirió Grupo Anaya, lo que permitió a la editorial acceder a muchas y enriquecedoras colaboraciones internacionales con sellos del grupo.

La celebración del 50 Aniversario en 2016, conmemorado con la publicación de una selección de sus más emblemáticos títulos, la reciente renovación de su colección de bolsillo por uno de los diseñadores españoles más reconocidos internacionalmente, Manuel Estrada, o el importante número de premios tanto nacionales como internacionales recibidos por sus autores demuestran que Alianza ha sido capaz, en un mundo acelerado y cambiante, de mantener su compromiso por acercar al mayor número de lectores posible los mejores autores y contenidos.

La sabia mezcla de clásicos literarios, clásicos contemporáneos, literatura actual y no ficción, junto con obras dirigidas al mundo académico y universitario, apela y siempre ha apelado a un amplio espectro de lectores, al ofrecer una completa a la vez que diversa biblioteca. Desde la mejor literatura hasta el ensayo, el catálogo reúne un gran número de autores de prestigio que han contribuido al hecho de que, para lectores y libreros españoles, Alianza sea percibida como una editorial comprometida con la mejor literatura.

Una de las portadas de Daniel Gil más emblemáticas de la editorial

El libro de bolsillo

Posiblemente el hito más importante de Alianza fue la creación de la más completa colección de libros de bolsillo en lengua española. Este gran éxito le ha granjeado a la editorial una reputación y prestigio únicos en el panorama cultural español contemporáneo.

Desde sus inicios, este formato ha proporcionado a varias generaciones de lectores la oportunidad de formarse y de alimentar su espíritu crítico, tal y como contaba Spottorno: “Animado por unos amigos, decidí ampliar Alianza en una editorial para publicar precisamente una colección de libros de bolsillo, en la que entraran no sólo literatura, sino también pensamiento, historia, libros prácticos, etc. […] Su éxito se debió no sólo a su concepción acertada sino a que salió en el momento oportuno y para muchos jóvenes de entonces fue una revelación y una apertura de su campo cultural”.

Uno de sus primeros objetivos fue establecer precios bajos para hacer accesibles sus libros a un amplio número de lectores. Uno de sus eslóganes publicitarios, ‘El mismo precio que una entrada de cine’, resultó ser un éxito en un país que estaba recuperándose de los traumas de la Guerra Civil y de sus secuelas de pobreza, de opresión y de falta de libertades.

La habilidad de Alianza de reinventarse a la vez que mantener sus altos estándares de calidad, junto a un total compromiso con sus autores, y la atención a las innovaciones tecnológicas en curso, es un homenaje permanente y vital al espíritu y a los principios con los que fue fundada.