*Esta entrevista pertenece al número 50 de Forbes, que se publicó en febrero de 2018, cuando Florentino Pérez recibió el galardón a CEO del año.
¿Qué lección o ejemplo de su padre, que era emprendedor, ha recordado y le ha dado fuerzas en los momentos más difíciles de su trayectoria empresarial?
Yo me eduqué en una España pobre en la que la cultura del esfuerzo era la base para salir adelante. Y esa cultura es la que mi padre nos inculcó, dando ejemplo con su comportamiento permanente.
Austeridad y trabajo conformaban el ambiente en el que yo me eduqué, en una familia muy unida. Mi padre trabajó duramente para que sus 5 hijos estudiaran una carrera y nos transmitió que no hay éxito sin esfuerzo.
Cuentan de usted que aprendió a competir desde niño gracias al deporte y a su grupo de amigos del colegio madrileño de San Antón…
Siempre me ha gustado el deporte, especialmente el fútbol. Es cierto que haciendo deporte en el Colegio San Antón, donde estudié, desde los 4 a los 17 años, se desarrollaba la competitividad. Y es posible que yo fuera algo más competitivo que la media. Allí empecé a comprender lo que es el trabajo en equipo, la motivación, el esfuerzo, el respeto al adversario y no rendirse jamás.
Como es cierto que el deporte es escuela de vida, esos valores me han ayudado mucho en mi vida y, por supuesto, en la creación y desarrollo del Grupo ACS.
Se ha empezado a hablar del ‘sucesor de Florentino Pérez’… ¿Pero Florentino Pérez está pensando en jubilarse?
Pensar en jubilarme no. Todavía disfruto cada día con cada nuevo proyecto y mantengo la ilusión de seguir mejorando lo que tenemos. Tengo la suerte de tener a mi alrededor excelentes profesionales que han demostrado su valía a lo largo de los años. Hemos decidido juntos la estrategia, escrito juntos la historia de esta compañía y confiamos en nuestra capacidad de seguir aprendiendo y creciendo.
Entre estos magníficos profesionales se encuentra Marcelino Fernández Verdes, a quien por su talento, méritos y edad, el Consejo de Administración de ACS le nombró Consejero Delegado el año pasado. Marcelino lleva conmigo 25 años y el trabajo que ha realizado en los últimos seis años en Hochtief, en Alemania, y en Cimic en Australia, ha sido espectacular y parte de lo que hoy es el Grupo ACS se debe a su buen hacer y a su capacidad de trabajo.
La gran operación que prepara ACS para 2018 es la OPA sobre Abertis. Díganos por qué cree que es una buena idea.
La operación de Abertis es un excelente proyecto que pretende crear de forma sostenida mucho valor para los accionistas de Hochtief, de ACS y de Abertis mediante la creación de un grupo de infraestructuras único, global e integrado alrededor de Hochtief, que nos permita realizar un gran número de las oportunidades de inversión en proyectos concesionales que ya tenemos identificados en los próximos cinco años.
De hecho hemos cuantificado en más de 200.000 millones de dólares americanos el valor de los proyectos que ya están siendo licitados o se van a licitar en países donde tenemos un liderazgo contrastado con una presencia consolidada. El ilusionante proyecto que proponemos a los accionistas de Abertis es un gran proyecto industrial que integra toda la cadena de valor en el desarrollo de infraestructuras, desde la construcción y financiación hasta operación y mantenimiento, con una diversificación geográfica en economías desarrolladas como América el Norte, Europa y Australia.
¿Qué ha aprendido, como presidente de ACS, de la presidencia del Real Madrid?
Más bien fue al revés. Yo me presenté a las elecciones del Real Madrid en el año 2000 porque el club pasaba por una situación económica muy mala y yo me ofrecí a aportar toda mi experiencia empresarial al Real Madrid y sacarle de esa mala situación. Todos los socios teníamos la ilusión de que el Real Madrid siguiera siendo nuestro.
Consideré que, al igual que en mi empresa los activos más importantes son las máquinas más productivas, en el Real Madrid esos activos eran los mejores jugadores.
Creamos un modelo deportivo-económico nuevo, que ha sido reconocido en el mundo del fútbol y que ha sido estudiado en las principales universidades del mundo.
En otro sentido quiero decir también que los valores del Real Madrid como el esfuerzo, el respeto, la solidaridad y el no rendirse jamás, me ayudaron también en el Grupo ACS, reforzando mi convencimiento de la validez de nuestra cultura de empresa.
Pero no es lo mismo liderar una gran empresa que liderar un gran club….
Tanto en el Grupo ACS como en el Real Madrid he vivido algunos de los años más felices e intensos de mi vida y quizás haya algunos puntos en común. Por ejemplo, trabajar hasta el final sin rendirse nunca; fortalecer y garantizar el futuro para nuestros accionistas en ACS y para los socios en el Real Madrid; mantener esa fe inquebrantable por conseguir metas y desafíos que pudieran parecer imposibles.
En definitiva, junto a mi equipo de trabajo he procurado esforzarme al máximo para engrandecer y consolidar a un líder mundial de las infraestructuras como es, hoy, el Grupo ACS. Somos, por undécimo año consecutivo, número 1 en concesiones en el mundo en el ranking de Public Works Financing y también, por sexto año consecutivo, lideramos las constructoras que más actividad internacional desarrollan según la revista Engineering News Record (ENR).
En paralelo, en el mundo del fútbol el Real Madrid ha liderado durante 11 años el Club con más ingresos del mundo y ha sido reconocido el Real Madrid como el Club más valioso del mundo, por su propia revista Forbes.
Antes del mundo de la empresa, durante la primera década de su trayectoria, hizo política y llegó a ayudar a fundar un partido…
Yo tuve la suerte y el orgullo de haber pertenecido al partido Unión de Centro Democrático (UCD), desde su creación en el año 1976, y haber participado en la transformación de nuestro país, del régimen autoritario de Franco, a una democracia plena, bajo el liderazgo de S.M. el Rey Juan Carlos I y de Adolfo Suárez. Ocupé altos cargos en la Administración Pública, hasta el año 1983.
Fue una época extraordinaria durante la que partidos políticos, grupos sociales, sindicatos y muchas personas, entendimos que la tolerancia, el diálogo, el respeto y la solidaridad eran las herramientas para crear un marco de libertad y convivencia para todos los españoles.
La Transición española fue reconocida como modélica por todo el mundo. Yo era muy joven entonces, y la experiencia de esos años me marcó profundamente. Por supuesto he seguido creyendo en esos valores a lo largo de mi vida.