1. Invertir mucho dinero en marketing demasiado pronto
Puede resultar tentador construir tu marca con un marketing espectacular desde el principio, pero en la mayoría de casos es un error. El único momento donde debes gastar cantidades ingentes de dinero en un equipo de marketing es cuando ya has agotado todas las opciones ‘low cost’. ¿Lo peor que puede pasar? Que no pase nada. ¿Lo segundo? Que todo crezca tan rápido que seas incapaz de manejar el éxito, algo que termina quemando a muchas startups prometedoras.
2. Comunicar a través de los canales equivocados
Existen infinidad de canales que puedes utilizar para atraer a los consumidores, pero al final que unos sean correctos y otros no depende únicamente de quién sea tu audiencia y cómo debas captar su atención. No pongas en marcha toda la maquinaria antes de conocer bien a tu target, ya que es la única forma de saber qué canales te darán un mejor resultado y cuáles debes evitar.
3. Invertir demasiado tiempo en que todo sea perfecto
Muchas startups deciden cambiar su nombre en seguida o incluso todo el concepto de marca de arriba abajo, o se empeñan en rediseñar la página web una y otra vez. Invertir en perfección demasiado pronto puede reportar resultados agridulces en comparación con el dinero que se ha dejado de ganar.
4. Dar a todo el mundo voz y voto en las decisiones de marketing
En lo que respecta al marketing todo el mundo parece tener una opinión, pero la realidad es que a cuantas más personas consultes más tardarás en tomar cualquier decisión. Sé consciente de que es imposible contentar a todo el mundo.
5. Obsesionarse con hacer más ruido que la competencia
Una parte importante de dedicarse a los negocios es estar pendiente de qué hacen los competidores. Es normal estar pendiente y buscar la forma de hacer las cosas mejor que el resto, pero es peligroso quedar atrapado en la tentación de simplemente hacer más ruido que la competencia.
6. Fallar a la hora de medir resultados
Cuando inviertes dinero en marketing necesitas ponerle en termómetro a cada cosa que haces: si no sabes qué tipo de respuesta ha tenido una determinada campaña no tienes ni idea de si tu inversión está teniendo resultados. Nunca tengas miedo de preguntarle a los clientes cómo conocieron la empresa; es la mejor forma de relacionar a cada uno de ellos con una terminada campaña.