Desde que en 1993 Pernod firmara un acuerdo con el gobierno insular por la comercialización conjunta del ron cubano Havana Club por todo el mundo, su otro gran competidor en el mercado de bebidas alcohólicas ha estado al quite. Mientras ha existido el bloqueo americano a los productos de la isla, el grupo internacional Bacardí ha estado produciendo desde Puerto Rico su propio ron cubano Havana para el territorio estadounidense. Ahora, las circunstancias políticas y económicas han puesto de nuevo en liza a los dos grupos por la titularidad de dicha bebida.

Miles de millones de dólares son la cause de una reclamación empresarial con cierta solera histórica: ambos grupos reclaman el derecho a erigirse como fabricantes del auténtico ron cubano. La apertura de EE UU ha supuesto la posible entrada de Pernod con su producto en dicho mercado –algo que no ocurría desde el año 1962–, y que en cierto modo, implica la lucha por los derechos de producción y venta: Bacardí, compañía de origen cubano creada por los productores exiliados a raíz de la revolución, reclama ser la poseedora de los mismos tras haberlos comprado a los fundadores de Havana Club; mientras que Pernod se aferra a su acuerdo con el gobierno para optar a la venta del producto por todo el planeta (incluido ahora EE UU). Lo que está en juego es un buen trozo del pastel, muchos millones de litros y de dólares. La batalla legal se antoja larga.