Saber convertir un fenómeno teatral en uno cinematográfico, no es nada fácil. Es mucho más estrepitoso un fracaso en cine que uno en teatro, pero sus directores, con su particular punto de vista de no tener miedo y arriesgar en lo que creen están alcanzando sus metas. Han tenido muchos obstáculos para poder lograr lanzar la película: problemas con los precios de los derechos de las canciones, conseguir financiación… Sin embargo, se han sobrepuesto a todos los problemas del mundo de la cultura y el cine, y han hecho una película llena de frescura y de risas que proclama a los cuatro vientos el lema: lo hacemos y ya vemos, que de un modo u otro también ha servido como leitmotiv a sus creadores.
Ahora cosechan el éxito de la película, que está teniendo una cálida acogida por el público. La película cuenta con el respaldo de la crítica, y en sus manos tienen numerosos premios que destacan la brillantez del musical. Y se les ha juntado celebración con celebración, porque otro de sus proyectos, la serie Paquita Salas va a tener una segunda temporada producida por el gigante de las series Netflix.
La Llamada cobra vida gracias a Macarena García, Anna Castillo, Gracia Olayo, Belén Cuesta y Richard Collins-Moore que conforman el reparto de personajes protagonistas y han estado unidos a Los Javis desde los inicios del proyecto. En este clima de confianza (añadiendo que sus directores son pareja) y fe por lo que creen han fraguado esta obra de arte. Con el tema principal interpretado por el cantante Leiva la película está llena de notas musicales que van dirigidas a conquistar al público. Cabe añadir que una de las sorpresas de sus directores fue ver a familias en las salas, dado que estaban acostumbrados sólo a triunfar entre millenials y ‘modernos’.
Sinopsis de La Llamada
La Llamada cuenta la divertida historia de dos chicas jóvenes que pasan el verano en un campamento de monjas. Ambas intentan compaginar sus salidas nocturnas con pasar desapercibidas delante de las monjas, para que no descubran sus noches de desenfreno. Y tras esta rutina adolescente, suceden hechos que harán que todo se revolucione en el campamento y en la vida de las chicas. Integrada con unos diálogos chispeantes y una serie de canciones dispares crean una ilógica que resulta fascinante. Las cuatro protagonistas causan simpatía y encanto, a la vez que hacen sumirse al espectador en una continua carcajada. Los temas trascendentales que aparecen los tratan desde una superficialidad y respeto que no ofenden, y conducen a la alegría. Son crisis vitales que con un toque de naturalidad resultan historias deslumbrantes.