En primer lugar: ¿de quién debemos proteger nuestros bienes personales: vivienda, casa, apartamento, terrenos, vehículos, cuentas bancarias, acciones en empresas u otros? La respuesta se centra en la prevención frente a los acreedores. Según la práctica profesional, no es recomendable tener bienes (muebles o inmuebles) a título personal, es decir, a nombre propio. ¿Por qué? La razón es que el patrimonio de la persona responde por las deudas de esta, de forma que cuando alguien se convierte en deudor de otro, este puede hacer embargar los bienes de aquél para cobrarse lo que le adeuda.
Para evitarlo, la solución es proteger nuestros bienes habidos y por haber. ¿Cómo se ejecuta esta tarea? Algunas formas de proteger el esfuerzo (y dinero) invertido en poner en marcha y sostener tu negocio son:
Mecanismos de control interno. Arqueos sorpresa, controles cruzados, controles de ingreso y salida del personal, normas de seguridad…se vuelven imprescindibles en la medida que una empresa incorpora nuevos integrantes con acceso a bienes de valor. Organizar a las personas y crear puestos con responsabilidad de supervisión ayuda a aumentar el control. Estos mecanismos permiten evitar problemas o detectarlos rápidamente, a la vez que actúan como disuasivos.
Observación directa. El control de los lugares clave o los momentos críticos de la operación puede resultar difícil de delegar totalmente. Pero con cámaras web hoy es posible mirar en tiempo real la fábrica, la caja del restaurante o la actividad en la oficina, desde un ordenador o dispositivo móvil.
Alarmas. Utilízalas tanto para detectar incendios como intrusos. Los sistemas con monitoreo permiten poner en marcha planes de acción inmediatamente.
Seguros. A las coberturas básicas de incendio, robo, mercancías y vehículos, los seguros comerciales agregan opciones que protegen ante la rotura de vidrieras, demandas civiles, falta de pago de clientes, daños en equipos electrónicos o caída brusca de la actividad.
Tecnología. Hoy las pymes pueden utilizar sistemas tecnológicos para proteger sus lugares de trabajo, depósitos y mercancías. Seguimientos satélite, cámaras, inventarios con códigos de barras, sensores de movimiento, controles de acceso…son algunas de las herramientas que pueden mantener a salvo tu patrimonio.
Seguridad informática. La información de tu empresa puede ser tan o más valiosa que los bienes tangibles. Aplica buenas prácticas para guardar datos confidenciales, proteger tu infraestructura, bloquear programas maliciosos, y administrar el acceso de tus empleados.