Deja que tu jefe priorice. Si va a pedirte un nuevo favor, puedes responderle: “Tengo que acabar este informe, también enviar estas notas y una montaña de archivos que ordenar…¿qué me sugieres?”. Puede que tu jefe simplemente no se haya dado cuenta del trabajo que tienes.
Ofrece una alternativa mejor. También puedes aprovechar las habilidades de otras personas para ofrecerle una alternativa mejor a la solicitud de tu jefe (ten en cuenta que la otra persona tampoco esté saturada de trabajo). En este caso también puedes ofrecerle el trabajo a personas que estén intentando involucrarse o integrarse en la empresa.
Encuentra una manera de automatizar, simplificar e innovar. Valora si el trabajo que te han pedido que hagas es realmente importante o si se puede eliminar haciendo algo más sencillo y más eficaz.
Guarda tu ‘no’ para más adelante. Puedes decir que ‘sí’ por ahora y ahorrarte en ‘no’ para situaciones en las que creas que vayas a estar peor. Igual no estás tan ocupado como crees.
Sea cuál sea la estrategia que utilices para gestionar mejor tu carga de trabajo, sé reflexivo y proactivo en hacer precisamente eso: manejar tu propia carga de trabajo. No asumas que tu jefe es consciente de todo lo que tienes que hacer ni que tus compañeros van a ofrecerse a ayudarte inmediatamente.