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¿Eres un networker compulsivo?


Tu felicidad es proporcional a tu número de contactos
Cuantos más followers o contactos tienes en redes sociales más contento estás. ¿Qué no te han dicho ni hola? ¡Da igual, pero te siguen! Recuerda que lo importante en el networking, como otras tantas cuestiones, la clave no es la cantidad, sino la calidad.

Dices que sí (y vas) a todos los eventos

No te importan cuándo, cómo, ni dónde, el caso es que es un evento y hay gente a la que conocer. Si de verdad no seleccionas a qué eventos acudes, es muy posible que estés descuidando tu target y te hayas convertido en un networker compulsivo.

Repartes tarjetas de visita como si de confeti se tratase
No le das tu tarjeta a los animales porque lo más normal es que no hablen ni te vayan a llamar, que si no, se la darías también. Si vas repartiendo tu tarjeta de contacto como si fueran pipas, tienes un problemilla con el networking.

Todo el mundo te parece susceptible de echarte un cable
Cuando conoces a una persona siempre tratas de establecer una conexión entre ella y tus objetivos que te lleva a considerarla un buen contacto sin muchas dilaciones. Error, eso es un error. No todo el mundo sirve para ayudarte por mucho que esté en tu onda.

Si alguien no te ayuda ya no te interesa
Y si suscribes el punto anterior, este posiblemente también. Si alguien no te sirve para conseguir lo que quieres, ¿para qué lo quieres como contacto? Si pierdes el interés fácilmente por tus contactos es porque no seleccionas bien.

Raramente mantienes contacto de verdad
Tienes tantísima gente en LinkedIn que te has convertido en mainstream pero no tienes ni 5 contactos útiles en toda la agenda. Esto quiere decir que eres adicto al networking. Conectar con la gente no es solo aceptar solicitudes, es compartir.

Miras constantemente las notificaciones
Vive y deja vivir. Mirar a cada minuto el móvil a ver si te ha agregado alguien nuevo a LinkedIn no es vida. Si te va la vida en las notificaciones, también tienes un problema con el networking, míratelo y desintoxícate un poco de las RRSS laborales.