Además, este malestar podría afectar a la salud de los mismos, que tendría un 27% de posibilidades de enfermar y un 50% menos de probabilidades de poder pedir una baja laboral por malestar.
¿Cuáles serían los factores para detectar un mal jefe? Los problemas de decisión que justificará con demasiados pretextos y el retraso en la toma de decisiones importantes. Ambas situaciones menguarán el ánimo y posibilidades del trabajador notablemente.
De igual modo, el estudio revela que 5 de cada 10 empleados que abandonan su puesto de trabajo reconocen que es por una situación con su jefe. ¿Casualidad? Esto sería razonable ya que un detestable mandamás frenaría las posibilidades de crecimiento, aumentaría la frustración y lo más importante en cuanto al resultado de la empresa: mengua la productividad y planes establecidos.
La solución pasar porque este jefe abandone la idea de que controlar y ordenar son sus tareas principales, ya que una buena interacción y entendimiento favorecería el rendimiento de la oficina en un 50%.