1. El jefe, es el jefe
Hasta entonces no comprendes del todo lo que significa la palabra “jefe”. Y es que a pesar de que hay muchísimos tipos, lo cierto es que siempre es una figura que dirige y que guía tus pasos profesionales en una empresa. Hecho que supone que, sobre todo en el primer trabajo y durante los primeros meses, te lleves alguna que otra bronca.
2. No vas a llevarte bien con todos los compañeros
Cuando llegamos a una empresa por primera vez pensamos que vamos a hacer amigos, que nos llevaremos bien con todos… pero la realidad no es esa. Sobre todo dentro del entorno laboral se crean grandes rivalidades y hay una enorme competitividad. Hay malos compañeros y eso comienzas a entenderlo en el primer trabajo, lección que no olvidarás jamás.
3. El gran valor del dinero ganado por uno mismo
Hasta que no tienes tu primer trabajo el dinero te lo proporcionan tus padres, lo que supone que no le des el valor que realmente tiene. Cuando ganas tu primer sueldo y lo ves en la cuenta, eres consciente de lo que cuesta conseguirlo. ¡Ah! Y de lo rápido que se esfuma de tus manos…
4. Es complicado (pero satisfactorio) aprender a ahorrar
Relacionado con el punto anterior, con el primer trabajo comenzamos a ver que es muy difícil ahorrar, sobre todo cuando se es joven. Pero cuando pasan los meses y vemos como poco a poco vamos teniendo un “colchón”, aprendemos lo satisfactorio que es hacerlo mes a mes.
5. La enorme responsabilidad de tener un puesto de trabajo
Es una de las responsabilidades más grandes que puede tener cualquier persona: un puesto de trabajo. Y no somos conscientes hasta que no nos incorporamos al mercado laboral con nuestro primer empleo. Aquí no vale fingir que estás enfermo, decir “ya lo haré mañana” o, simplemente, escaquearte.