Saben identificar patrones
Esta habilidad se llama apofenia y es la capacidad de identificar, entre datos aleatorios, tendencias y patrones de comportamiento.
Son perezosos brillantes
Es cuestión de eficiencia: una persona perezosa escogerá la forma más sencilla y rápida de hacer un trabajo duro, por tanto, tiene muchas posibilidades de crear un proceso efectivo.
Toman nota constantemente
Tienen una mente tan activa que para ordenar todo lo que tienen en ella necesitan papel y boli para apuntar y recordar. De la combinación de esas notas salen después grandes ideas.
Buscan la perfección pero viven en el progreso
A las personas innovadoras les guata la perfección, la buscan, pero también son conscientes de que de los fallos surgen oportunidades de mejorar, de progresar y, como no, de innovar.
Disfrutan del riesgo
Trabajar en una idea con el miedo a fracasar es algo que les anima en vez de echarlos para atrás. Los innovadores saben que ese miedo también trae consigo compromiso y esfuerzo.
Confían en la mejora constante
Las personas innovadoras no esperan a que algo no funcione para cambiarlo o renovarlo. Saben que todo es mejorable y siempre están tratando de cambiar las cosas a mejor.
Saben lo que cuesta crear
Por eso no exigen rapidez de ideas a nadie. Tienen bien claro que las ideas hay que incubarlas y para eso hace falta, entre otras cosas, algo de tiempo a solas con uno mismo.
Se alimentan de diferentes intereses
De todo se aprende y eso los innovadores lo tienen bien claro. Ellos se nutren de diversas actividades, personas y estilos para hacer sus creaciones.
Son sanos arrogantes
Esto quiere decir que se creen los mejores lo necesario para ir siempre a por más con toda motivación y lo justo para no ser vanidosos y resultar desagradables.
Sacan provecho de las paradojas
Las cosas no son blancas o negras, hay muchos grises intermedios y eso los innovadores lo tienen bien interiorizado. Aprovechan para innovar las paradojas que se dan en esa gama.