1. Intenta que exprese de la forma más concreta posible qué es lo que le ha molestado
Que un cliente se moleste de vez en cuando es algo que pasa hasta en la mejor de las empresas. Pero debes tener siempre claro el motivo de su descontento. No le agobies con demasiadas preguntas, pero de una forma amable y cordial intenta que te explique de una forma muy concreta qué es lo que le ha disgustado. Esto te permitirá, no sólo encontrar una solución al posible problema, sino buscar una forma lo más ajustada posible para acabar con el descontento del cliente.
2. Hazle saber que entiendes su enfado
Muéstrate cordial en todo momento, atento a todo lo que te diga y receptivo. Intenta no llevarle la contraria a no ser que sepas que tú (y tu empresa) tenéis la razón de una forma muy evidente. Mostrar comprensión hacia el cliente descontento es una buena baza.
3. Mantén la calma en todo momento, no pierdas las formas
Aunque él te esté hablando en un tono de voz elevado, no caigas en esa dinámica. Mantente en tu sitio y si el cliente llega a faltarte al respeto, párale los pies. Pero, sobre todo y bajo ningún concepto, entres al trapo de la desconsideración y las faltas de respeto.
4. Si crees que debes hacerlo, compénsale de alguna forma
Puede que tu empresa haya metido la pata de una forma muy evidente y que el enfado del cliente sea algo completamente lógico y justificado. Bien, si ese es el caso, trata de buscar una buena forma de compensarle por los daños o molestias causadas. Probablemente no consigas arreglar el error al 100% pero sí lograrás minimizar los daños ocasionados.
5. Busca una solución de manera inmediata
No sólo has de hacerle saber al cliente que vas a buscar una solución (que también), además tienes que aplicarla de una forma prácticamente inmediata para que no vuelva a suceder. No puedes permitirte en tu empresa tropezar dos veces con la misma piedra.