1. Sin dinero no conseguiré nada. Muchos creen que uno de los factores que influye en todas las personas de éxito es porque siempre han tenido dinero para poder formarse y llegar a donde están. Si crees que la falta de recursos es algo negativo es que no estás mirando todo el abanico de posibilidades ante ti: agudiza tu ingenio y desarrolla un proyecto empresarial organizado e inteligente. No necesitas grandes inversiones para conseguir grandes resultados.
2. Ya está todo hecho. El derrotismo antes de empezar no te conducirá a ninguna parte, sí, quizás no puedas inventar nada nuevo pero quién ha dicho que no puedas modificarlo y hacerlo mejor. Lo importante no es lo nuevo que sea tu producto si no que se convierta en necesario para los consumidores.
3. Nunca soy capaz. Volcar tus inseguridades personales en el desarrollo de tu negocio es un error fatal que puede llevarte al fracaso profesional. La imagen que tengas de ti mismo como persona no es extrapolable a la que debes tener como empresario, no permitas que tus miedos se adueñen de ti y que las típicas coletillas de “nunca soy capaz de tener buenas ideas” o “nunca soy capaz de hablar bien en público” puedan contigo. Si has llegado hasta aquí es porque puedes.
4. Me falta experiencia. Nadie nace preparado, llegar a ser experto en algún tema requiere tiempo, trabajo y constancia. La experiencia es, siempre, un grado que se consigue día a día pero si sientes pasión por tu idea de negocio podrás sacarla adelante y llegar a convertirte en todo un especialista en ese tema.
5. No conozco a nadie influyente. Es verdad que conocer a ciertas personas del sector puede hacer que tu camino hacia el éxito sea más fácil o más rápido pero este punto se puede cambiar fácilmente haciendo contactos y ampliando tu círculo hasta llegar a aquellas personas con las que te interese relacionarte.