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Empresas

7 trucos para aumentar la productividad en el trabajo


1. Fija metas diarias
Planifica tus días antes de llegar a tu puesto de trabajo. Determina qué quieres conseguir durante tu jornada laboral e intenta ir acabando todo lo que te propongas. Todo será más organizado y tu tiempo estará mejor empleado.

2. Elige el entorno adecuado
Hay personas que trabajan mejor en la oficina, otras en casa y otras en cualquier café tranquilo. Es importante localizar ese lugar de trabajo que saque lo mejor de ti y donde puedas estar concentrado durante varias horas. La comodidad queda en tus manos.

3. Crea hábitos laborales
Es recomendable que intentes seguir una rutina laboral. Establece unos horarios para llevar a cabo las tareas del día. Deja espacio para conversar con otros compañeros o pasear por la oficina. Te será más fácil desarrollar tu trabajo y se convertirá en parte de tu vida sin esfuerzos.

4. Identifica los obstáculos
Tienes que ser precavido. A lo largo de tu trayectoria, te chocarás con dificultades que tendrás que solucionar. Cuenta con ellas y ten los recursos suficientes para solucionarlas en el momento. No tiene por qué influir en tu productividad si sabes cómo manejar la situación.

5. Aprovecha tus espacios de tiempo
Los tiempos muertos no te aportarán nada. Cuando hayas terminado el trabajo del día, intenta leer y seguir aprendiendo más sobre la empresa de la que formas parte o el sector al que te dedicas. Podrás aplicar esos conocimientos a tu día a día y se verá reflejado en tu productividad.

6. Da prioridad a las tareas más difíciles
Quítate de la cabeza los proyectos más complejos y el resto será más fácil de desarrollar. El trabajo será más efectivo si lo que queda no supone tanto dedicación por tu parte. También es importante que te ocupes de aquello que es realmente relevante para tu vida y tu futuro.

7. Tómate tu tiempo para descansar
Tu reloj debe de pararse de vez en cuando. No te servirá de nada estar durante horas mirando una pantalla del ordenador si, en realidad, estás agotado y no consigues concentrarte. Es preferible tomar un café, despejarte y, al cabo de unos minutos, continuar.