1. Toma un descanso
También puedes optar por pasar la espera tomándote unas merecidas vacaciones. Un pequeño descanso alejado del bullicio te hará desconectar de la tensión, olvidarte de todo, y hacer que la espera parezca mucho más corta.
2. Piensa que harás en caso de “sí” o de “no”
¿Tienes todo pensado para cualquiera de las dos respuestas? Piensa si serás capaz de afrontar tanto el “sí” como el “no” y de qué forma lo harás. Así para cuando la esperada respuesta llegue, será todo muchísimo más fácil.
3. Revisa tus propósitos
Tanto a largo como a corto plazo. ¡Es el momento de ponerte al día! Después de tener la respuesta que esperas, ¿qué vas a hacer? Define nuevos objetivos para ponerte con ellos cuanto antes.
4. Haz cosas que has dejado de lado
¿Recuerdas todo eso que querías hacer y nunca encontrabas el momento? Pues este puede ser uno. Hacer cosas que te gustan te permitirá distraerte y no pensar en lo que está por venir. El mejor momento para hacer todo eso que imaginas.
5. Asegúrate de que has hecho todo lo posible
Si estás esperando la respuesta de algún cliente que aún no se decide, piensa si has hecho todo lo posible para que realmente se decida. Es decir, si has usado todas tus armas para que la respuesta sea “sí”. Quizá si el cliente sigue dudando es porque tú no has puesto todas tus cartas sobre la mesa.
6. Termina trabajo pendiente
Quizá con un cliente tengas esa espera, pero no debes dejar que acapare toda tu atención y tu tiempo. Aprovecha para terminar trabajo, para conseguir nuevos clientes, simplemente, sigue tu día a día y avanza en tu trabajo. ¡La espera se hará muchísimo más corta!