Al ser despedido las dudas se suceden una tras otra como una tortura china en forma de interrogante. Analizamos algunas de ellas y la respuesta con la que puedes encarar la incertidumbre que encierran.
¿Tengo que encontrar otro trabajo?
A menos que tengas buenos ahorros y te quede poco para jubilarte, la respuesta va a ser casi siempre sí. Por tanto, una vez que tienes la respuesta afirmativa, debes examinar tus ahorros y calcular cuánto tiempo puedes vivir de ellos. Aproximadamente ese es el tiempo que deberás tardar como máximo en encontrar otro empleo.
¿Debo cobrar el paro?
Es una pregunta que en España casi nadie se plantea, sin embargo, en otros lugares existe un cierto reparo al cobrar una prestación por desempleo, una especie de sentimiento de culpa. Que no te invada, has estado cotizando para algo y ahora llega el momento de que te echen un cable a ti. Pero tampoco abuses. Trata e encontrar un empleo cuanto antes, la prestación por desempleo también tiene caducidad.
¿Qué hago con el seguro de salud?
Las desgracias nunca vienen solas, así que, si vives en un país que no tiene asistencia sanitaria gratuita como España, no dejes a un lado el seguro de salud. Examina las posibilidades que tienes y trata de tener que pagar menos, pero no lo des de baja. Con la salud no se juega.
¿Tiro de mis ahorros?
No tires por la borda tu plan de pensiones ni tus ahorros de toda una vida. Trata de establecer una cantidad tope a la que llegar en caso de que no encontraras un trabajo en X tiempo, pero trata de no quedar nunca sin un colchón de dinero. Ante todo, calcula bien lo que tienes y adminístralo en consecuencia. Mejor apretarse el cinturón que quedarse en números rojos.